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La invitación del Papa Francisco

La presencia en el mundo quiere ser una respuesta a la invitación del Papa Francisco a «salir de sí mismo» para ir «hacia los otros», los más lejanos», hacia las «periferias de la existencia» para llevar la presencia viva de Jesús misericordioso siguiendo la «lógica de la Cruz», es decir, el don de sí mismo que da vida, y para seguir el proyecto de Europa Levántate iniciado en 2012.
Además, es el propio Papa Francisco quien afirma que «la vida se fortalece dándola y se debilita en el aislamiento y la facilidad». Y de nuevo, «Los que aprovechan al máximo las posibilidades de la vida son los que dejan la orilla segura y se apasionan por la misión de comunicar la vida a los demás. (Exhortación Apostólica «Evangelii Gaudium»)

La invitación de Benedicto XVI

Benedicto XVI, en su mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones 2011, recordando la necesidad de retomar el mismo impulso apostólico de las primeras comunidades cristianas, que, pequeñas e indefensas, fueron capaces, a través del anuncio y el testimonio, de difundir el Evangelio en todo el mundo entonces conocido, subraya cómo la llamada a la evangelización tiene un valor cada vez menos local, que exige adaptar constantemente los estilos de vida y los planes pastorales a esta dimensión fundamental del ser Iglesia, especialmente en nuestro mundo siempre cambiante. Benedicto XVI reiteró en la misa de clausura de la JMJ 2011 en Madrid, la necesidad de que cada cristiano se convierta en testigo del Resucitado, no como un privilegio, sino como un compromiso que nace de la fe, con el mismo coraje y la misma confianza que el profeta Isaías: «He aquí, Señor, envíame». (Es 6.8).
«Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio a toda criatura» (Mc 16, 15). Vosotros también tenéis la extraordinaria tarea de ser discípulos y misioneros de Cristo en otras tierras y países donde hay una multitud de jóvenes que aspiran a cosas más grandes y, viendo en sus corazones la posibilidad de valores más auténticos, no se dejan seducir por las falsas promesas de un modo de vida sin Dios». (Homilía S.Misa, Base Aérea de los Cuatro Vientos de Madrid –

Domingo, 21 de agosto de 2011).